Cambiamos de marcha
Ayudamos a los alumnos con Discapacidad Intelectual a prepararse para obtener el carné de conducir
¿Cuál es la visión de CDM?
CDM pretende promover el derecho de las personas con diversidad funcional a una vida adulta de calidad en la que puedan contar con las mismas oportunidades que el resto, tal y como recoge la Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad de 2008 y su desarrollo normativo posterior.
Para las tres entidades que llevan a cabo CDM, hay un concepto fundamental que está presente en cada decisión que toman: no a la lupa gigante.
Nieves Lerga profesora de Pedagogía Terapéutica del CREENA explica que “obtener el permiso de conducir requiere superar un proceso de evaluación exigente, el mismo para todo el mundo, también para los participantes de CDM, que no se benefician de adaptaciones en los exámenes. Si alguien no es capaz de conducir, nos referimos a cualquier persona, no solo a nuestro alumnado; no aprobará los exámenes. El propio proceso ordinario actúa como filtro. Nuestro alumnado necesita apoyos en forma de más clases y durante más tiempo, no que se ponga sobre ellos lo que nosotros denominamos la lupa gigante, es decir, que se les someta a procesos de evaluación más exigentes y a mayor vigilancia que al resto de la población”.
¿En qué consiste Cambiamos de marcha?
El proyecto consta una primera fase en “José Mª Iribarren (trabajo intensivo durante un curso del manual para el permiso de conducir) y una segunda en APANA (curso teórico intensivo en APANA, asesoramiento para el examen teórico y clases prácticas en autoescuelas de APANA).
Laura Rodríguez, profesora de Pedagogía Terapéutica encargada de CDM en “José María Iribarren”, explica: “Esta primera fase consiste en un periodo de formación teórica alargada en el tiempo debido a la dificultad que conlleva la materia. Trabajamos diferentes técnicas de estudio, vocabulario específico y la mejora de la comprensión lectora, pensando que tienen que superar el mismo examen teórico que las demás personas”.
Con respecto a la fase 2, Oskia Arriola y Amaya Echeverría, responsables del Departamento de Formación de APANA, nos cuentan que gracias a su experiencia en educación vial, tenían claro que la modalidad habitual de formación para obtener el permiso de conducir: cursos intensivos de 16 horas (la mayoría online), no era viable para estas personas. “Vimos que necesitan unos tres meses atendidos por profesionales de educación vial para un trabajo intensivo del código de circulación antes del examen teórico. Una vez aprobado pasan a una autoescuela asociada en APANA. Al igual que para la parte teórica, necesitan por lo general, más clases que la mayoría, circunstancia que encarece mucho el permiso de conducir”.
Para apoyarles económicamente, desde CDM han buscado entidades que les ayuden a hacer frente al coste extra de la parte práctica del carné. Para esta primera promoción ha sido APANA quien se ha hecho cargo del coste de las horas de teórica y Caja Rural de la parte práctica; al valorar muy positivamente este proyecto. Las tres entidades organizadoras destacan su agradecimiento a esta entidad financiera por su colaboración en el desarrollo de CDM.
Desde Caja Rural de Navarra han concedido a aquellos participantes que han superado el examen teórico, una tarjeta con saldo para utilizarla en la autoescuela y pagar sus clases. En este sentido, el director de Acción Social de la entidad, Javier Martínez, ha expresado “la satisfacción de nuestra entidad por participar en este programa formativo y acompañar a los agentes que lo han hecho posible, demostrando una implicación y un compromiso sobresaliente. Una iniciativa que pone en un primer plano a la persona y que vela por la igualdad de oportunidades, facilitando el desarrollo de quienes presentan una diversidad funcional intelectual. Asimismo, trata de visibilizar las diferentes realidades sociales que existen a nuestro alrededor y que carecen de apoyos oficiales, para darlos a conocer y que las instituciones puedan atenderlos en un futuro”.